Muy buenas Goblins & Goblinas
Podeis disfrutar del relato original en ingles
aquí
Os aviso. Mi conocimiento del ingles es de un nivel medio. Algunas palabras las he cambiado y las he adaptado a algo que me parecía mas adecuado.
NO SOY TRADUCTOR NI ME DEDICO A NADA RELATIVO A ESE MUNDO. Sólo lo he traducido para ir practicando mi inglés y para intentar que los aficionados vayan teniendo más conocimientos de este juego. Parece ser que dan una enorme importancia al trasfondo, algo que a mí personalmente me encanta.
Espero que disfrutéis del relato y pasaros por su
pagina de la campaña que aún quedan algunas horas para conseguir algunas cositas (echad un vistazo al
STAKAN, una nave por 31€)
La Misión de Lagral
Silencio.
Después de los días de explosiones y fuego, la ciudad humana era poco más que una cáscara vacía. El polvo y la ceniza de la lucha y “firestorms” echaban un manto sobre la tierra, reduciendo el pleno mediodía a un crepúsculo rojo y turbio.
Lagral, Erudito de la Segunda Orden y Primus del Equipo de Investigación del Archivo Glorlon, quién era el responsable de la destrucción de la ciudad, estudió la desolación sin inmutarse.
Aquí y allí, los estudiantes de Lagral y guardias pasaron a lo largo de los muros, sus movimientos fluidos, exactos, y casi demasiado rápidos para que un ojo humano pudiera seguirlos. Un guerrero se elevó sobre el Erudito, el aliento caliente y húmedo, expulsado por las branquias del monstruo que levantaba remolinos con el polvo de los huesos de la ciudad. A pesar de la tranquilidad - o quizás debido a ello - los cañones de la criatura aún se mantenían encendidos y preparados, y el brillo de sus lanzadores de plasma emitían una sutil luz verde en gran parte absorbida por el rojizo anochecer. El guerrero cambió su robusta mole, rajando el pavimento debajo de él. Su canción era profunda y tenebrosa, llevada de una manera extraña por el aire en vez del agua para la que fue hecha.
- ¿Emboscada? - cantó el guerrero.
Lagral estudió el edificio medio en ruinas delante de ellos. El Erudito echó un vistazo a través de varios espectros - infrarrojo, ultravioleta - pero no encontró nada amenazante en la estructura.
- No - cantó de nuevo el Primus, - No lo creo. Asegure este lugar.-
El guerrero asintió y lentamente se fue dando la vuelta, sus piernas articuladas crearon más agujeros en la tierra. La luz de sus lanzadores de plasma brillaron un poco más.
Lagral escogió su camino a través de los escombros, casi parecía un insecto, poniéndose en camino hasta unos escalones rotos. Los restos de un vehículo humano todavía ardían, las llamas se agitaban dentro y fuera de la cortina de humo. El Glorlon empujó los restos con una pierna acorazada - produciendo un pequeño chirrido cuando la quitina se encontró con el acero.
- ¿Por qué los humanos usan estos caparazones tan fríos y rígidos? Es algo que nunca podré entender-, cantó Lagral.
-¿Disculpe?- respondió el guerrero.
- No haga caso. Asegure su posición.
El guerrero cantó su obediencia.
La estructura - un depósito de datos humanos de alguna clase - estaba medio derruida, las plantas superiores hundidas como si hubieran sido golpeadas. Buscando en la planta baja el Erudito no encontró nada, pero quemó papeles y destruyó chips de información, derretidos por el fuego, el ácido, o ambos a la vez. El detritus retumbo y se movió por debajo de las piernas puntiagudas de Lagral, y, no halló nada de interés, el Glorlon continuó su camino al segundo piso del edificio. Y al tercero. Y luego el cuarto. Cada una era más decepcionante (por no mencionar una estructura más frágil) que la anterior, y el Erudito volvió sobre sus pasos a la planta baja. Cuando se dio la vuelta para abandonar el lugar, notó algo - un contenedor de almacenamiento derribado a través de una apertura en el piso.
Poniendo sus piernas sobre las baldosas agrietadas, el Erudito empujó, tendones y exoesqueleto crujieron la tensión. De mala gana, consiguió mover el pesado contenedor, y Lagral se encontró examinando la boca de una escalera oscura y llena de basura.
- Quizás los niveles inferiores sean mejores.-
El click-click de sus piernas alienígenas sobre el mármol de la escalera se repitió por debajo y por el pasillo subterráneo. La tenue luz de la superficie rápidamente se perdió, y Lagral chasqueó sobre la matriz de ecolocalización de su caparazón. La oscuridad perdió sus colores, reemplazados por la forma del vestíbulo, los montones de escombros y las mamposterías caídas. Una columna estriada de piedra se había roto, y ahora bloqueaba el paso hacia delante.
No. No completamente bloqueado. Abajo a la derecha había un hueco.
Lagral se inclinó y comprobó el pasillo de enfrente.
Y allí estaban ellos.
Estanterias y estantes de infopads y datacristales, células de memoria y chips de almacenamiento. Un tesoro de información se extendía fuera de su alcance. Pero allí … solamente allí … la columna caída soportaba el techo de la habitación y el suelo del nivel superior. Si llamaba a un guerrero o a un guardián para desplazarlo, sería peor que inútil, y el Primus no podría alcanzar el archivo.
El Erudito estudió la situación durante unos instantes antes de tomar una decisión
Las juntas del caparazón se abrieron y se desprendieron del cuerpo del Glorlon. Los nervios se retiraron de los interfaces y se acomodaron dentro de los propios tejidos de la espalda del Erudito. Los tentáculos se retiraron de la armadura y el armamento y, con una serie de vibraciones, chirridos y pequeñas explosiones, Lagral se deshizo de su caparazón, mudando su piel como si fuera una araña acuática. El caparazón permanecía, vacío y apenas en pie, mientras el Glorlon se soportaba sobre sus propios tentáculos, frío, mojado y desprotegido.
Como un ser casi amorfo, el Glorlon descendió a la apertura bajo la columna. Al principio, parecía que el Erudito nunca sería capaz de encajar en el hueco, pero gracias a la sorprendente estructura cartilaginosa del Glorlon, éste se plegó y se apretó sobre si mismo, y con un ruido húmedo, el alien estaba atravesándolo, dejando un camino de mucosidad a su paso.
A lo lejos, dentro de la cámara, pequeñas grietas del techo dejaban entrar rayos de tenue luz.
- Sí -, Lagral se cantó a sí mismo, su canción sonaba combada y estridente en el aire aún polvoriento. - Sí, puede que esto haya valido la pena después de todo.-
Con gracia y delicadeza, el Glorlon se deslizó por las estanterías, cogiendo chips y hojas con algunos de sus innumerables y diestros tentáculos, extrayendo materiales de información misteriosa para un humano, haciendo pausas en sus fluidos movimientos para colocar las extremidades en una nueva posición.
Mientras el alien avanzaba, un cuchillo destello a traves de un haz de luz, la hoja brillante se perdió a lo largo del cuerpo del Erudito, cortando limpiamente uno de los tentáculos de Glorlon. El apéndice y la datapad que estaba sosteniendo cayeron al suelo. El tentáculo se enrollaba y estiraba espasmódicamente, derramando icor por el suelo.
Girando para afrontar a su atacante, el Glorlon se encontró en frente de un humano, su caparazón metálico estaba marcado por salpicaduras de ácido. La carne suave de su rostro estaba oscurecida en gran parte por alguna forma de armadura, y aunque el arma de asalto del humano se encontraba a unos pasos de distancia, parecía haberse quedado sin munición, el bípedo se encontraba abandonado solamente con una astilla de acero afilado como única arma. El humano dio un grito de batalla primitivo, y el cuchillo salió disparado como un rayo de nuevo. El Glorlon se desplazo a un lado, el humano realizó una amplio corte a lo largo del costado de Glorlon. Y entonces todo estaba terminado.
- ¡¿Cómo te atreves?! - cantó el Glorlon, su voz era ensordecedora. Éste envolvió sus tentáculos alrededor del brazo extendido del humano.
- ¡¿Cómo osas atacarme?! - Los tentáculos azotaron golpes a diestro y siniestro y se enredaron en otras extremidades del humano, forzando a la criatura a caer al suelo.
- ¡¿Osas atacarme a mí?!, ¡¡ Al Primus de un Equipo de Investigación del Archivo!! - Los tentáculos del alien empezaron a forzar y se deslizaron dentro de la armadura del humano, haciendo reventar broches y pelando el metal tan fácil como si fuera la cáscara de un vegetal.
- ¡¿Osas atacarme?!,¡¡ A un Erudito del Segundo Círculo!! - Brillante sangre roja comenzó a fluir por la boca del humano mientras los tentáculos continuaban inexorablemnte en su abrazo mortal.
- ¡¿Osas atacarme A MÍ?! ¡¡SOY LAGRAL!! - La canción de rabia del alien causó un pequeño temblor, la habitación se agitó, libros y chips se cayeron de las estanterías al suelo.
- Soy la Muerte del Iythos, soy el Guardian del Cuarto Pasaje de las Escrituras de Krelic. Soy la Sombra de Jun-Rel, soy el Visir de la Nebulosa Thranos. Y ahora,- Lagral cantó, en voz baja, - soy su final -
El Glorlon apretó más fuerte, y mientras los huesos se rompían y los órganos se quebraban, el alien aplastó la vida del humano.
Arrojó el cadáver aun lado, el Erudito recogió su miembro cortado y varios bits de sabiduría e información que había seleccionado antes de la interrupción. Rápidamente, hojeó los materiales restantes del deposito de datos, arrojando algunos para hacerlos añicos contra las férreas paredes. Después escogió otro puñado de cristales y pads, Lagral empujó su descubrimiento por el hueco debajo de la columna antes de volverse a estrujar y pasar por el mismo agujero. Esta vez un icor negro marcó su paso, junto al camino de mucosidad.
Mientras algunos tentáculos guardaban varias adquisiciones en orificios de almacenamiento y órganos de contención, los otros volvían al interior del caparazón del Erudito. Una vez más los nervios se expandieron a través de los músculos y sistemas vasculares que se habían mantenido a la espera, y el caparazón se revolvió y despertó, uniéndose de nuevo a su amo como una segunda piel. Caliente y acogedor, el caparazón se selló alrededor del Glorlon, y mientras el alien hacía el camino de vuelta hacia la superficie, el caparazón comenzó a liberar sustancias regenerativas y reconstituyentes al Erudito. Al tiempo, el Erudito pudo ver la niebla rojiza del cielo una vez más, el tentáculo cercenado había vuelto a unirse y era funcional, aunque continuaba dolorido.
Olfateando las enzimas de batalla, el guerrero de guardia bramó y se dirigió apresuradamente hasta el Erudito, colocándose entre Lagral y cualquier amenaza que pudiese causarle daño.
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| Supuesto aspecto del Comandante Glorlon Largal, la Sombra de Jun-Rel |
- ¿Herido? - cantó el guerrero - ¿Enemigo? -
Lagral cogió un datacristal de su hallazgo recién adquirido y lo sostuvo delante del sombrio sol. El Glorlon solamente podía distinguir los diminutos trazados del circuito que podría contener la pista más pequeña, más minúscula de un indicio de La Solución. El Erudito devolvió al almacén.
- ¿Enemigo? - el guerrero cantó de nuevo.
- El enemigo está muerto -, cantó Lagral en respuesta. - Quémelo. Quémelo todo -
El Erudito comenzó su regreso por los escalones mientras el guerrero detrás de él abría sus lanzadores de plasma al máximo. El gel bioquímico casi tan caliente como el sol en todo su apogeo, comenzó a fluir en grandes chorros, y el fuego verde incendió hasta las piedras
Escrito por Jacob Mandell
Traducción NO OFICIAL por ElGoblinVolador
PD: #GlorlonRules !!!
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